Habilidades de autogestión: Cómo mejorar personal y laboralmente

Las habilidades de autogestión son un conjunto de habilidades que permiten a las personas gestionarse de manera autónoma y adaptarse a las distintas situaciones que se presentan en el día a día. Desarrollar estas habilidades puede mejorar la salud mental, el bienestar general y el éxito en lo personal y profesional. En el artículo, además, se recogen supuestos aplicados al ámbito laboral para comprobar cómo afecta positivamente poseer estas habilidades.

Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene la salud mental, especialmente tras observar las secuelas psicológicas que dejó tras de sí la Covid-19. En un contexto permanentemente cambiante y complejo es muy importante ser capaz de adaptarse eficazmente a las circunstancias, sin que estas dejen secuelas o que sean las menos posibles. Dentro del macro contexto global, cada persona se maneja dentro de otros contextos, como el social o el laboral; que se ven influidos por este y requieren a su vez de un acondicionamiento. Uno de los métodos para conseguir esta adaptación es mediante el desarrollo de las Self-management skills.

¿Qué son las habilidades de autogestión o self-management skills?

Las habilidades de autogestión son un conjunto de habilidades que sirven a una persona para gestionarse de manera autónoma. Las personas que han desarrollado estas habilidades son capaces de regular y gestionar sus emociones, pensamientos y comportamientos de forma más eficiente que las personas que carecen de ellas. Esta capacidad de autogestión permite adaptarse a las distintas situaciones que se presentan en el día a día.

Las self-management skills nos permiten tomar responsabilidad sobre la vida propia. Desarrollar habilidades y ser capaz de aplicarlas a los distintos contextos es esencial para alcanzar el éxito en lo personal y profesional, así como mejorar el bienestar general de la persona. Crecer como persona en los distintos ámbitos de la vida nos ayuda a alcanzar metas y, por lo tanto, mejorar nuestra salud mental y autoestima.

Son varias las habilidades que en conjunto componen las self-management skills. Cada individuo debe ser consciente de cuales son las habilidades en las que debe mejorar para incidir sobre ellas y ser capaz de aplicarlas a las distintas situaciones que se le presenten.

¿Qué habilidades componen las self-management skills?

Todas las habilidades que sirven para la gestión de los recursos propios entrarían dentro de lo que se conoce como las self-management skills o habilidades de autogestión. En este artículo vamos a destacar y describir cuales son las más relevantes para el desarrollo profesional y personal.

1. Gestión del tiempo: La capacidad para priorizar las tareas importantes, establecerse objetivos propios y evitar los “ladrones del tiempo” es algo sobre lo que merece mucho la pena trabajar. Ser capaz de gestionar el tiempo de manera eficiente puede ayudarte a ser más productivo en el ámbito laboral, pero también es importante para el resto de los ámbitos cotidianos. Con una buena planificación de los tiempos, es posible reservarse horarios para aprender nuevas habilidades, como tocar un instrumento o aprender un idioma; para el ocio o para cuidar la salud mediante el ejercicio. Una buena planificación de los tiempos de descanso, así como de las jornadas laborales o de estudio, puede favorecer enormemente el desempeño y reducir la carga mental que suponen cuando se encuentran desorganizadas en nuestra agenda.
2. Establecimiento de objetivos: Tener objetivos o metas a alcanzar en nuestro día a día es esencial para mantener la motivación prolongada en el tiempo. Es importante planificar los objetivos a corto y medio plazo, ya que si solo nos basamos en objetivos a largo plazo la pérdida de motivación se acentúa considerablemente. Si no tenemos objetivos claros a corto y medio plazo es muy complicado mantener la motivación en las labores a realizar en la empresa y en lo personal. Los objetivos a largo plazo desgastan mentalmente ya que provocan la percepción de que el trabajo diario no se ve recompensado, por lo que es importante que coexistan con otros a medio o corto plazo, que pueden estar relacionados con la consecución de los objetivos a largo plazo.
3. Autoreflexión: Es importante ser consciente de los propios pensamientos y sentimientos. Ser capaz de hacer introspección y trabajar la autoconciencia favorece enormemente el crecimiento personal. La autoreflexión es una habilidad que debería ser más común entre las personas, pero por desgracia aún hay muchas personas que desconocen su “mundo interior”. Ser consciente de las fortalezas y debilidades propias y, sobre todo, aceptarlas es muy importante para conseguir una buena salud mental. Cuando somos conscientes de qué aspectos debemos mejorar y lo aceptamos es cuando realmente se puede comenzar a trabajar sobre ellos. Conocer nuestros aspectos positivos también ayuda a mejorar la autoestima y generan confianza en las capacidades propias.
4. Automotivación: Ser capaz de generar motivación intrínseca para lograr los objetivos propuestos y superar los obstáculos que puedan aparecer en el camino es una habilidad esencial de las self-management skills. Es muy complicado mantener comportamientos prolongados en el tiempo si no se ven recompensados de alguna manera. Establecerse metas cuya compleción tenga una carga emocional positiva es uno de los motivadores más potentes que hay. Ser consciente del crecimiento personal que supone completar una tarea, registrar los logros personales diarios y reflexionar sobre ellos y hacia dónde dirigirlos, establecerse nuevos retos… Este tipo de prácticas generan motivación intrínseca, que tiene una gran influencia en el rendimiento en todos los ámbitos de la vida.
5. Regulación emocional: La capacidad para gestionar las emociones es posiblemente la más importante de las habilidades que componen las self-management skills. Las emociones aparecen en todos los contextos y pueden variar enormemente a lo largo del día. En el ámbito laboral, las situaciones de estrés pueden provocar un “volcán de emociones” que de no ser gestionadas correctamente pueden llevarnos a tomar malas decisiones. Todas las decisiones que hacemos se ven influenciadas inconscientemente por las emociones que sentimos cuando se toman. Ser consciente de las emociones en cada momento, distinguirlas y modular el comportamiento en los diferentes contextos sin dejarnos llevar por ellas es vital en la regulación emocional. Estos conocimientos favorecen el manejo de las emociones intensas y mejoran, en definitiva, el bienestar psicológico de quienes los poseen.

En definitiva, el conjunto de habilidades que se expone recoge los aspectos más importantes para el bienestar y el funcionamiento óptimo. Como se ha expuesto previamente, estas habilidades sirven para diversos contextos y favorecen el crecimiento de las personas cuando se desarrollan y se aplican correctamente.

¿Cómo aplico las habilidades de autogestión en el ámbito laboral?

A continuación, vamos a ver algunas situaciones que pueden servir como ejemplos aplicados de buenas praxis relacionadas con cada habilidad previamente mencionada dentro del ámbito laboral.

• Gestión del tiempo: Durante la jornada laboral, se ha acumulado mucho trabajo que ha de salir cuanto antes porque los superiores lo reclaman. Si no eres capaz de realizar una buena gestión del tiempo, lo más probable es que te veas desbordado y comiences por lo primero que tengas delante inmediatamente. Cuando pases a la segunda tarea, te ves agobiado porque la primera te ha quitado mucho tiempo, te estresas y acabas trabajando horas de más.
  Una persona con buena capacidad para gestionar el tiempo lo primero que habría hecho es establecer en su jornada laboral cuanto le va a dedicar a cada tarea. Esta estimación ha de ser realista y en caso de que sea imposible completarla dentro de la jornada no hay problema en comunicarlo a los superiores. Es mejor que sean conscientes de que la tarea no puede estar para la fecha prevista que no entregarla o hacerlo mal. Además, una persona que gestiona bien su tiempo es capaz de organizarse descansos entre tareas, que harán que el resultado final sea mucho mejor que si simplemente trabaja sin parar.
• Establecimiento de objetivos y automotivación: Una empresa acaba de anunciar un nuevo plan de incentivos. Para este plan de incentivos se hará una valoración de las ventas de cada trabajador y se les concederá una cantidad económica proporcional a las ganancias que haya generado, siempre que lleguen a una cifra mínima preestablecida. Este bonus se concederá seis meses tras su anuncio.
  Una persona que carece de habilidades para establecerse objetivos comienza a intentar vender mucho. Los primeros días está convencido de que va a conseguir un extra en su nómina considerable. Tiene toda su atención focalizada en alcanzar un gran número de ventas para cuando acaben esos seis meses. Han pasado los meses y se da cuenta de que el número de ventas no ha aumentado tanto como el creía que iba a conseguir, esto le desmotiva y desiste de su empeño en conseguir alcanzar el mínimo preestablecido para que le tengan en cuenta para el bonus. Su error ha sido focalizar la atención en un objetivo a largo plazo, que resta atención y motivación en las tareas diarias que tiene que realizar para la compleción de este.
  Una persona con habilidades para establecerse objetivos lo primero que hace tras conocer esta nueva política de la empresa es establecer un objetivo de ventas diario personal. A final de la semana hace una valoración semanal de lo que ha conseguido y se propone objetivos en base a los datos que ha obtenido para la semana siguiente. Semana a semana va cumpliendo objetivos, cada vez mayores, logrando alcanzar la cifra mínima para conseguir el bonus antes de que acabe el plazo establecido. Esta persona ha utilizado una motivación a largo plazo y ha orientado sus objetivos a corto plazo para alcanzarla.
• Autoreflexión: Se promociona a dos trabajadores de una empresa a un nuevo puesto como encargado. Para este puesto deben ser capaces de gestionar personal, tener conocimientos ofimáticos y habilidades comunicativas.
  El primero de los trabajadores promocionados, cuando se le ofrece la promoción, acepta inmediatamente alegando que está capacitado en todos los aspectos previamente mencionados. Es muy bueno en ofimática ya que ha realizado varios cursos. Las primeras semanas de trabajo le están yendo muy bien, hasta que le llaman sus superiores. Le comentan que han decidido que no puede continuar desempeñando esa función, ya que el personal del que se hacía cargo dice encontrarse perdido y muestran un descontento generalizado con su nuevo encargado. El error que ha cometido este trabajador es asumir que tiene capacidad para liderar un equipo, sin realmente pararse a valorar si está o no capacitado para ello. No conoce sus debilidades y fortalezas.
  El segundo trabajador, cuando escucha las condiciones para el puesto, les comenta a los superiores que está dispuesto a realizar las funciones y que dispone de las cualidades necesarias, pero que quizá necesite algo de formación para profundizar sus conocimientos en estilos de comunicación y habilidades ofimáticas. Está dispuesto a invertir su tiempo en potenciar las habilidades para desempeñar de manera óptima sus funciones y no tiene miedo a admitir que aspectos debe mejorar. Es consciente de sus fortalezas y debilidades y se lo comunica a sus superiores.
• Regulación emocional: En una situación de estrés durante la jornada laboral, un trabajador le recrimina a otro que está entorpeciendo la tarea que él tiene que desempeñar a propósito para que le despidan y así quedarse con su puesto. Esto enfada a la persona a la que va dirigido y actúa en consecuencia.
  Una persona que no es capaz de regular las emociones le grita de vuelta, haciendo comentarios sobre lo mal que está haciendo su trabajo y echándole toda la culpa de su pobre desempeño. La situación se convierte en una trifulca y tiene que aparecer el encargado a pararlos.
  Si hubiera sido capaz de regular sus emociones, podría haber tomado mejores decisiones que no hubieran llevado a que el encargado tenga que intervenir y llevarse una mala imagen de ambos. Por ejemplo, podría haber comunicado de manera asertiva, sin dejarse llevar por las emociones; que está equivocado en su asunción. También podría haber evitado la confrontación en ese momento, ya que el trabajador que acusa está claramente influenciado por las emociones negativas que le ha generado el estrés laboral, y haber retomado el tema de forma más civilizada posteriormente.

En definitiva, las habilidades de autogestión sirven de ayuda en el ámbito laboral y nos pueden ayudar a conseguir alcanzar las metas profesionales que nos proponemos. Sin embargo, para una correcta aplicación de las habilidades previamente mencionadas, es importante ser honestos y no asumir que poseemos todas y cada una de ellas. Hacer introspección y ser realistas en los aspectos y habilidades sobre los que debemos mejorar puede orientarnos a tomar decisiones correctas para esto.

Si quieres aprender más sobre las self-management skills y cómo pueden ayudarte en tu día a día a mejorar, así como desarrollar alguna de las habilidades que las componen; ¡no dudes en contactarnos!